El pasado martes (24) la cúpula de la CUT (Central Única de Trabajadores) dejó explícita su posición de que “vuelva Dilma” al mismo tiempo que confirmaba una política de conciliación frente a los ataques del gobierno de Temer. No se propuso ningún plan de lucha inmediato contra el gobierno golpista, que se prepara para profundizar el ataque contra los trabajadores y el pueblo pobre.
Las resoluciones del encuentro fueron divulgadas en el sitio web de la central y enumeran los ataques que el equipo económico de Temer pretende implementar: la privatización del petróleo, los recortes sociales en áreas como educación y salud, el deterioro salarial del trabajador estatal, la profundización de la tercerización y la reforma del Sistema de Seguridad Social.
La nota publicada también plantea un análisis de la situación política del gobierno: su profundo carácter antidemocrático, pues no fue legitimado por ninguna elección; la conspiración golpista como quedó explícito en los
audios divulgados de Romero Jucá(exministro de Planificación de Temer) y el apoyo de los medios y el poder judicial.
Todo el análisis hecho por la dirección del CUT, dando suficientes motivos para que millones de jóvenes y trabajadores del país se sientan indignados, es respondido con un calendario estéril de lucha. Los elogios que la dirección de la CUT profesa por los actos contra el golpe realizados hasta el momento no se corresponden con la real potencialidad de los millones de trabajadores que dirigen. Según la propuesta presentada, tendrán que aguardar hasta julio para salir a la huelga general.
En los discursos de Lula aparece la promesa de “incendiar el país” con huelgas, bloqueo de calles y avenidas. Sin embargo, no es más que una vaga promesa si consideramos la propuesta de la CUT, que no se propone de hecho ser oposición y enfrentar al gobierno golpista.
Según la misma nota, los trabajadores tendrán que esperar a las asambleas locales, encuentros estaduales y finalmente, la nueva reunión de la dirección ejecutiva para, entonces sí, salir a la lucha. Se olvidan que hay luchas que ya se vienen desarrollando,
protagonizadas especialmente por la juventud, con ocupaciones de escuelas y universidades y en las manifestaciones del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y las ocupaciones de artistas y trabajadores de la cultura.
El llamado de la CUT incluye también a otras centrales como la Central de Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB) y a la Intersindical, todas centrales sindicales que vienen organizando huelgas locales fruto del deterioro económico del país. Si estas centrales sindicales no se proponen articular desde ahora las huelgas con todos los sectores en lucha en el país, secundarios, estudiantes y sectores populares y de la cultura, el llamado a la huelga general llegará tarde y no estará al servicio de que triunfen. Potenciar las huelgas como la de los trabajadores de las universidades estaduales paulistas es fundamental para defender la educación pública. La dirección de la CUT y las otras centrales no las incluyen, postergan la lucha contra el golpe para julio, dejando a los golpistas con las manos libres para continuar atacando la educación, a los trabajadores y la juventud.
Como se ha planteando en otros artículos de Esquerda Diário, se deben fortalecer todas las luchas para derrotar el avance golpista en el país y construir una alternativa política que pelee por una Asamblea Constituyente impuesta por la lucha, ligado a la exigencia de que las organizaciones de las masas, como la CUT, rompan con esta lógica estéril para imponer un plan de emergencia frente la crisis del país, que incluya medidas como la prohibición de los despidos y el rescate de la inversión en los servicios públicos para que la crisis la paguen los patrones y no los trabajadores y la juventud.