“Tú me hablas (…) de la falta que hago, del
desaliento de los obreros que me creen necesario, que en general creen
indispensable el líder para
cualquier campaña. Yo sé que desgraciadamente todavía nuestros obreros
necesitan el líder individual,
es decir, no ven claramente su líder
-el Partido-, sino personificándolo en un individuo determinado. No debo ser
injusto con nuestros obreros, creo que en todos los países debe ser igual…”[1]
Marinez Villena
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