“Desarrollo”, el tag que le faltaría al círculo rojo
No sólo el populismo se abraza a la frase keynesiana de que “en el largo plazo estaremos todos muertos”. En los recortes de prensa de la recta final hacia el recambio presidencial se repite demasiadas veces el tag (etiqueta, en el argot googleano) “deuda”, con poco y nada de mención a “desarrollo”. Y, de algún modo, hasta suenan como dicotomías. No es un dato menor, cuando algo mal se habrá estado haciendo en más de medio siglo de gobiernos de distintos signos y procedencias institucionales para que el país haya acumulado poco y nada de crecimiento, permanente acompañado por una desproporcionada inflación en comparación con el concierto de las naciones. Los ajustes que sucedieron a las explosiones de los modelos ejecutados en distintas Administraciones, incluida la actual, se b asaron en el principio de mantener “más de lo mismo”, atribuirlo a las herencias pero continuar indexándolo. Los aprietes monetarios y la recesión resultante han tenido el efecto de somníferos para la sociedad, de modo que los privilegios sectoriales (con los políticos a la vanguardia) se miren y se toquen lo menos posible, con lo que prevalece finalmente la facilidad de cortar hilos por lo más delgado, adosándole endeudamiento, mientras haya acceso, e inflación. La consecuencia amasada se advierte en los argentinos hayamos ahorrado en moneda extranjera el equivalente al total de la angustiosa deuda externa, una especie de sálvense los pocos que puedan.
Tan clara la tiene la gran dirigencia que en ninguna de sus DDJJ aparecen empobrecidos. Para colmo de males, a esta altura tampoco los acreedores “se fuman” la factibilidad de un país que, lejos de poner por delante el desarrollo para atraer inversiones, sigue pidiendo prestado para perpetuar el statu quo. Un por ah ora outsider de la agenda mediática que consume el círculo rojo, el investigador económico Ariel Coremberg, dejó claro el actual momento en la brevedad de un tuit: “Otra crisis más sin ajuste de la política, corpo sindical y empresarios prebendarios. Sin Justicia independiente no bajará riesgo país estructural”.
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