Un hombre fue condenado este martes a la pena de prisión perpetua, acusado de haber asesinado en 2015 a su mujer, a quien golpeó y enterró viva en los fondos de su vivienda de La Plata, debajo del pelotero en el que jugaban los hijos de ambos.
Se trata de Oscar Daniel Raúl Abramo (41), a quien el Tribunal Oral Criminal V de La Plata condenó a prisión perpetua por el homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género de su mujer Sonia Mabel Escurra.
El tribunal, integrado por María Isabel Martiarena, Carmen Palacios Arias y Ezequiel Medranocoincidieron por unanimidad en el encuadre solicitado por la fiscal penal platense, Leila Aguilar.
El hecho ocurrió en agosto de 2015, en una casa de las calles 18 entre 424 y 425, de Villa Elisa, cuando el hombre golpeó a su mujer delante de la hija de ambos de 6 años, y luego la enterró bajo un pelotero en los fondos de su casa.
El hombre denunció ante la policía que su mujer había hecho abandono de hogar y se había ido a Paraguay, tras lo cual internó a sus cuatro hijas en una Casa del Niño, contando también que su mujer lo había abandonado.
Finalmente, en octubre de ese año, familiares de la mujer revelaron que en una reunión, Abramo, estando ebrio, había confesado haber matado a su mujer, en tanto una de las niñas relató a su cuidador que su padre había discutido y golpeado a su madre, tras lo cual el hombre habría dicho "uy, se murió", envolviendo a la mujer en una bandera y retirándola de la casa.
Con esos datos, personal de Bomberos y de Policía Científica se dirigió al lugar y con órdenes de allanamiento correspondientes revisaron el lugar y descubrieron que debajo del pelotero donde jugaban los niños había tierra removida.
A partir de allí, se iniciaron las tareas de excavación y a unos 30 centímetros de profundidad encontraron el cadáver de la mujer.
"El pelotero fue fabricado por el hombre y en él jugaban los niños, sin saber que su madre estaba muerta debajo. Un grado de perversión pocas veces visto", dijo el fiscal que investigó el hecho en ese momento, Marcelo Romero.
La autopsia confirmó que la mujer no murió de los golpes recibidos sino de "síndrome asfíctico por sofocación", lo que supone que al momento de enterrarla bajo un pelotero en los fondos de la casa la mujer aún estaba viva.
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