martes, 9 de mayo de 2017

GENOCIDIO E IMPUNIDAD


Los genocidas Etchecolatz y Von Wernich piden quedar libres con el “2x1”
Condenados a cadena perpetua, buscan beneficiarse con el escandaloso fallo de la Corte Suprema de la semana pasada.



La noticia fue dada a conocer por Guadalupe Godoy. Junto a Myriam Bregman, fueron las abogadas de Jorge Julio López en el juicio del año 2006 contra Miguel Etchecolatz y parte de la querella de Justicia Ya! en el juicio contra Christian Von Wernich del año 2007.
A horas de conocerse el fallo de la Corte, organismos de derechos humanos daban cuenta de que casi 300 represores podían quedar libres
Fue cuestión de horas para que el indulto judicial hiciera efecto y siniestros personajes, condenados por múltiples y aberrantes delitos, soliciten la reducción de sus penas.

El prontuario de los genocidas

Miguel Osvaldo Etchecolatz fue condenado a prisión perpetua en cuatro juicios. En cuatro juicios fue encontrado responsable de cientos de desapariciones forzadas, torturas y robos de bebés. En esos cuatro juicios fue condenado por delitos de lesa humanidad.
Etchecolatz fue parte del engranaje genocida dentro de la Policía Bonaerense. Nunca se arrepintió de nada. Cuando tuvo que defenderse en una de las numerosas audiencias por los juicios en su contra dijo sin escrúpulos: “Por mi cargo me tocó matar y lo haría de nuevo”.
Christian Von Wernich fue sacerdote de la Iglesia Católica y capellán de la Dirección de Investigaciones de la Policía Bonaerense. Fue condenado a reclusión perpetua por hallarse culpable de 42 casos de privación ilegítima de la libertad, 31 casos de tortura y 7 homicidios calificados. Los delitos fueron cometidos en seis centros clandestinos de detención del denominado “Circuito Camps”.
Los números impresionan. Pero se trata sólo de las 42 víctimas “seleccionadas” por un juez de instrucción en aquel entonces para llegar a juicio oral. En ese mismo juicio, la querella denunció que en el lapso temporal por el cual se juzgaba a Von Wernich estuvieron detenidas desaparecidas en esos seis campos clandestinos el escalofriante número de 1.238 personas.
Las condenas contra Etcholatz y Von Wernich fueron las primeras en reconocer que los delitos habían sido cometidos “en el marco del genocidio”. La aplicación de esa figura fue exigida desde la reapertura de los juicios de lesa humanidad por el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), representado por Myriam Bregman en la querella unificada Justicia Ya!.
Ambas sentencias debieron dar cuenta de un extendido reclamo popular y de la larga lucha de organismos de derechos humanos para que se reconozca a los partícipes de la dictadura por lo que eran y son: genocidas que fueron parte del terrorismo del Estado y cometieron los más aberrantes delitos contra miles de trabajadores, jóvenes, activistas sindicales y militantes políticos.


La desaparición de Jorge Julio López: 

Uno de los testigos que reconoció a Etcholatz desde el primer momento y testificó en su contra fue Jorge Julio López. El día 18 de septiembre de 2006, López desapareció por segunda vez. En 2014, antes de recibir una nueva condena por el centro clandestino La Cacha, el excomisario escribió en un papel “Jorge Julio López” y menos visible la palabra “secuestra”. Toda una señal mafiosa de impunidad.
Al momento de desaparecer López, en la Bonaerense había poco más de nueve mil integrantes de esa fuerza que provenían de la dictadura. El por aquel entonces gobernador Felipe Solá reconoció ese dato, pero jamás se tomó una medida para separarlos y juzgarlos. Con cinismo y complicidad, Aníbal Fernández declaraba que López se había ido a “tomar té a la casa de la tía”.



Luchar contra los genocidas, luchar contra la impunidad:

Haciendo referencia a los largos años por los cuales estos genocidas estuvieron impunes, durante su alegato contra Von Wernich Myriam Bregman concluiría diciendo que “el genocidio es un proceso que como tal tiene etapas de preparación, desarrollo y justificación y planificación de impunidad. Por eso una práctica social genocida es tanto aquella que colabora en el desarrollo del genocidio como aquella que lo justifica ideológicamente”.
Queda claro que el nefasto fallo de la Corte es el corolario del vil negacionismo practicado por el gobierno macrista desde su asunción. La Corte busca consagrar la impunidad que elaboraron los genocidas sobre el final de la dictadura y la que los benefició durante los gobiernos posteriores.
Junto a quienes lucharon incansablemente contra la impunidad de ayer y de hoy. Los que no callaron y exigen año a año la aparición con vida de Jorge Julio López. Por el juicio y castigo a todos los genocidas y el cumplimiento efectivo y en cárcel común de todas sus condenas. Este miércoles 10 seamos miles en las calles levantando estas banderas.

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